Empezaremos con el Tanaj, texto clave del judaísmo que
contiene la Torá y otros libros considerados de origen divino por los judíos.
En el siguiente texto es donde se narra la desobediencia a
la prohibición de Dios de comer la fruta del árbol del conocimiento. Esta parte
es clave, ya que sella la suerte de la mujer de ahí en adelante en la tradición
judeocristiana.
“A la mujer dijo:
-Aumentaré mucho tu sufrimiento en el embarazo; con dolor
darás a luz a los hijos. Tu deseo te llevará a tu marido, y él se enseñoreará
de ti.
Y al hombre dijo:
-Porque obedeciste la voz de tu mujer y comiste del árbol
del que te mandé diciendo: "No comas de él", sea maldita la tierra
por tu causa. Con dolor comerás de ella todos los días de tu vida; espinos y
cardos te producirá, y comerás plantas del campo. Con el sudor de tu frente
comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, pues de ella fuiste tomado.
Porque polvo eres y al polvo volverás.
- Es evidente el énfasis que se hace en estos textos en que Eva fue la perdición de la humanidad. Además de ser castigada con los dolores del parto y ordenar su supeditación al hombre, debe cargar con la culpa de que el “pobre hombre” es castigado por haberle obedecido a ella, condenado a la humanidad a vivir fuera del paraíso. El culpar a la mujer por la desgracia de la humanidad es sumamente conveniente para justificar un determinado orden social, basado en una jerarquía masculina.
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